Elegante y sofisticada, la cala es hoy una flor de moda para la decoración. Por su forma alargada, puede decorar objetos como jarrones, relojes de pared, tapas de caja, e, incluso, pueden hacerse agrupamientos que se adhieran a la pared de un dormitorio, como si estuvieran hechas de la misma mampostería.
Para realizarla, sobre pasta teñida de blanco (aunque la base de la masa es siempre blanca, por los elementos con que está confeccionada, sugerimos, para que el tono sea más acabado y opaco, teñir con colorante acrílico, tempera o vegetal blanco) se corta un semicírculo, que constituirá el gran pétalo o bráctea, parte blanca de la floración. Luego, se atraviesa un alambre que en su extremo posea un cilindro amasado de color amarillo (podemos encolar la pasta.y pasarla por polenta para darle mayor realismo), sellando el alambre a la salida con el receptáculo acostumbrado. El tallo de las calas es grueso y las hojas son triangulares y muy alargadas.
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